HOAX THE SYSTEM
Cuando nos vamos a dormir nos enfrentamos a mundos más justos y más terribles que aquél que abandonamos.
Todo puede suceder allí, donde nuestra humanidad se antepone a cualquier consecuencia,
en esa versión que no cuidamos y aun así no busca ocupar nuestro lugar.
Cuando nos despertamos, las que caminan son nuestras réplicas.
Creamos monstruos para inventar el miedo. Comenzamos todo lo que puede interrumpirse.
Somos nosotros el territorio en donde la guerra está ocurriendo.
Ni siquiera en nuestra mente se libra una batalla, sino en la estructura que hemos defendido durante toda la vida.
Somos el sitio de los descubrimientos y el que los oculta; incertidumbres que se trasladan de un lugar a otro.
Confiamos en todo lo que esperamos no tener que comprender, pero nuestras mentiras no sostienen mundos nuevos. Les temen.
Desconfiamos de los sucesos increíbles cuando se repiten en el tiempo porque nada nos asombra si ocurre más de una vez.
¿No es extraño entonces que aun así sigamos creyendo en todo lo que nunca vemos?
Visitamos los lugares que otros conquistan, tropezamos con las ruinas cuando no nos caemos.
Algunos países tienen bombas suficientes para mantener a salvo a nuestras familias de las otras.
Que nunca algún desastre sea nuestro refugio.
Tenemos miedo de quienes menos tienen, de ésos que sólo se tienen a sí mismos.
Un terror fundado en la certeza de que sólo somos lo que nos pueden quitar.
Cuando el acceso es lo único que nos legitima la falta de acceso nos expulsa.
Hay una eterna ausencia que es la nuestra, porque somos la promesa que otros cumplen.
La genética histórica nos completa, pero a todo lo que nos sobra le faltamos.
Nuevamente, el mundo de otros nos conquista.
Lo que vendrá siempre desembarca sobre lo que no comprende.
Pero el corazón es una gran corteza que para unirse sabe quebrar cualquier distancia.
Hay un mundo que nos manda a dormir porque nunca lo hace.
La Humanidad es lo que queda de la Humanidad.
Manifesto 13th “404 International Festival of Art & Technology”
by Lic. Gina Valenti
Bogotá, Colombia, 2016
Translation by Carla Celoria